Cómo afecta la salud mental a su economía
Conclusiones clave
- Los problemas de dinero pueden generar estrés, y también ocurre a la inversa.
- Ese estrés puede llevar a gastar en cosas que no necesita.
- Tomarse el tiempo para reflexionar sobre sus decisiones y cómo se siente antes de comprar puede conducir a un mejor bienestar financiero y mental.
Su bienestar puede afectar a su economía, y viceversa—. Aquí le explicamos por qué.
Una responsable de asuntos públicos a la que entrevistamos siempre pensó que no era buena gestionando su dinero. Comentó que a menudo tomaba «decisiones financieras impulsivas e imprudentes» que la dejaban con una sensación de tristeza. «Gastaba dinero que no tenía en cenar fuera y en viajes. No tenía ahorros en efectivo y apenas contaba con ahorros para la jubilación cuando cumplí 30 años, y eso me asustó mucho».
Sin embargo, recientemente ha habido un avance significativo con respecto a su estrés financiero. «Me di cuenta, a través de la terapia, de que mi incapacidad para ser responsable desde el punto de vista financiero estaba relacionada con una sensación de insuficiencia», explica.
Su caso se parece al de millones de personas que afrontan simultáneamente problemas de salud mental y dificultades económicas. Como el proverbial dilema del huevo y la gallina, ambos están ligados y cada uno empeora al otro, según una investigación del organismo británico Money and Mental Health Policy Institute (MMHPI).1
¿Qué viene primero?
Cuando los ahorros son escasos, es normal experimentar estrés financiero. Por tanto, no es de extrañar que las investigaciones indiquen que los problemas económicos pueden afectar negativamente a la salud mental.2 Sin embargo, esta relación puede producirse igualmente en sentido inverso. Un estudio del MMHPI mostró que una mala salud mental puede influir directamente en las conductas financieras: el 71 % de las personas encuestadas afirmó que, durante periodos de mala salud mental, «siempre» u «a menudo» gastaba más de lo habitual, y el 73 % reconoció que les resultaba más difícil tomar decisiones financieras en esos momentos.3 Por eso, cuidar su bienestar emocional puede ser, literalmente, rentable.
«Los problemas de salud mental intensifican nuestras dificultades económicas, ya que es más fácil que nos dejemos llevar por emociones negativas, y eso afecta directamente a nuestra relación con el dinero», explica Ken Honda, autor de Happy Money: The Japanese Art of Making Peace With Your Money. «Además, tendemos a sentirnos más indefensos y desbordados cuando sufrimos estrés financiero. La inestabilidad emocional es como una niebla que nos impide ver con claridad qué está causando realmente nuestros problemas financieros o cómo salir de ellos».
Una mala salud mental también puede desviar su atención de tareas financieras cotidianas, como pagar facturas, llegar puntual al trabajo o ahorrar dinero. Lo curioso es que esto afecta por igual a personas con distintos niveles de ingresos.
Un estudio de Fidelity sobre salud mental en el entorno laboral demuestra la relación entre la salud financiera y la salud mental. Las personas que mostraban una gran preocupación tanto por sus finanzas como por su salud física tenían menos probabilidades de gozar de una buena salud mental. En cambio, quienes se preocupaban poco por su situación financiera y por su salud física tendían a disfrutar de un mejor estado de salud mental.
La conexión química
Incluso las personas que no experimentan problemas de salud mental pueden tomar decisiones financieras emocionales que no les benefician. Estamos muy condicionados por cómo nos hace sentir una situación en un momento concreto.
Desde un móvil nuevo hasta una chocolatina, comprar puede ayudar a mejorar su estado de ánimo.5 En cuanto añade algo al carrito, físico o virtual, su ánimo mejora por la liberación de dopamina y endorfinas. Además, su cerebro libera una cantidad aún mayor de estas sustancias cuando paga en efectivo, utiliza el pago sin contacto con el teléfono o la tarjeta, o hace clic en «Realizar su pedido» para completar la compra.6Lamentablemente, esto puede llevar a compras compulsivas o a adquirir artículos que no puede permitirse o que no necesita.
Cuando se siente triste o fuera de control, la llamada «terapia de compras» puede ayudarle a recuperar cierta sensación de control mientras toma decisiones de compra. No es necesario realizar compras enormes. Pueden ser compras pequeñas, siempre que sea usted quien toma la decisión.
Cuando el dinero duele
En ocasiones, los problemas económicos pueden provocar depresión. La pérdida de empleo o la aparición de gastos imprevistos, como una reparación del coche o una factura médica, se asocian directamente con un deterioro de la salud mental, según los investigadores. Un estudio reveló una «relación significativa entre la deuda y los trastornos mentales».7 Hay un motivo claro: el estrés financiero nos hace sentir más indefensos y desbordados. Las dificultades económicas también pueden generar tensiones o incluso romper relaciones personales, lo que a su vez puede derivar en una depresión más severa.8
En ambos casos, ya sea que su salud mental esté afectando a sus finanzas o que los problemas económicos estén influyendo en su salud mental, su bienestar financiero puede verse comprometido; es decir, cómo está y cómo se siente respecto a su presupuesto, sus deudas, su ahorro y su seguridad económica. «Nuestro bienestar financiero es como nuestra salud: si el corazón y la mente están en buen estado, es más fácil mantenerse saludable», dice Honda. «Pero si partimos de una mala base, eso termina notándose en nuestra calidad de vida».
Buscar ayuda
Independientemente de qué haya aparecido antes, si los problemas de salud mental o los económicos, existen varios pasos que pueden ayudarle a mejorar su bienestar financiero y reducir su estrés económico. Paso 1: Reconocer su relación emocional con el dinero. Revise las compras de las últimas dos semanas, ya sean planificadas o no, y pregúntese: «¿Qué sentía antes, durante y después de esta compra? ¿Cuál era mi estado emocional? ¿Estaba triste? «¿Estaba nervioso por algo?» Así podrá identificar si determinadas emociones influyen en algunas de sus compras no planificadas.
Sepa dónde obtener ayuda
No está solo. Infórmese sobre dónde puede acudir para solicitar ayuda, ya sea utilizando el rastreador de presupuestos que encontrará más abajo, consultando a familiares o amistades sobre sus experiencias o recurriendo a un profesional independiente.
A continuación, cree un presupuesto si aún no lo tiene. Puede ayudarle a llevar un mejor control de sus gastos. Por último, considere hablar tanto con un profesional de la salud mental como con un asesor financiero que puedan acompañarle en este proceso. Tenga en cuenta que su situación es muy común y no debe avergonzarse.
Siempre que esté a punto de gastar dinero, tómese un momento para reflexionar sobre su decisión. Las investigaciones muestran que este ejercicio de atención plena puede mejorar tanto la toma de decisiones como su bienestar.
Retomando el caso de la persona entrevistada, ha conseguido llevar un registro de sus gastos y compararlo con los movimientos de su cuenta bancaria. «Mi terapeuta me pide que revise todo aquello en lo que gasto dinero y que anote en un diario cómo me sentía antes de cada compra», comenta. «Me está ayudando a ser más consciente y a establecer prioridades a la hora de gastar». También utiliza una aplicación para hacer un seguimiento de lo que gasta a lo largo del día.
Gracias a este trabajo, en el último año ha mejorado su solvencia crediticia y ha logrado ahorrar dinero, acercándose así a su objetivo de convertirse en propietaria de una vivienda.
«Al hacer cambios y crear un plan y una estructura en torno a mi forma de gastar, estoy reforzando buenos hábitos», añade. «Sigo esforzándome. Aún estoy aprendiendo. Pero ver mis progresos y entender por qué hago las compras que hago es muy gratificante».
1 Nikki Bond y Conor D'Arcy, «El estado en el que estamos: el dinero y la salud mental en tiempos de crisis», el Instituto de Políticas Monetarias y de Salud Mental, noviembre de 2021, https://www.moneyandmentalhealth.org/wp-content/uploads/2021/11/The-State-Were-In-Report-Nov21.pdf.
2 Thomas Richardson, Peter Elliott, Ron Roberts y Megan Jansen; «Un estudio longitudinal sobre las dificultades financieras y la salud mental en una muestra nacional de estudiantes universitarios británicos»; Biblioteca Nacional de Medicina: Centro Nacional de Información Biotecnológica; 29 de julio de 2016; https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5337246/.
3 Fuente: «Money on Your Mind», Money and Mental Health Policy Institute, junio de 2016, https://www.moneyandmentalhealth.org/wp-content/uploads/2016/06/Money-on-your-mind-full-report.pdf.
4 «Cómo gestionar el estrés en tiempos económicos difíciles», Asociación Americana de Psicología, 3 de noviembre de 2023, https://www.apa.org/topics/money/economic-stress.
5 Scott I. Rick, Beatriz Pereira y Katherine A. Burson; «Los beneficios de la terapia de compras: tomar decisiones de compra reduce la tristeza residual»; ScienceDirect; Journal of Consumer Psychology; julio de 2014; https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1057740813001149.
6 Sachin Banker, Derek Dunfield, Alex Huang y Drazen Prelec; «Mecanismos neuronales del gasto con tarjeta de crédito»; Nature.com; Scientific Reports; 18 de febrero de 2021; https://www.nature.com/articles/s41598-021-83488.
7 Thomas Richardson, Peter Elliott y Ronald Roberts; «La relación entre la deuda personal no garantizada y la salud mental y física: una revisión sistemática y metaanálisis»; Biblioteca Nacional de Medicina: Centro Nacional de Información Biotecnológica; 10 de septiembre de 2013; https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24121465/.
8 «Un investigador encuentra una correlación entre las discusiones sobre dinero y una menor satisfacción en las relaciones de pareja», Kansas State University, julio de 2013, https://www.k-state.edu/media/newsreleases/jul13/predictingdivorce71113.html.
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