Mentalidad financiera y su relación con la salud mental
Nuestra historia y nuestra forma de pensar influyen enormemente en las decisiones financieras que tomamos y en los motivos por los que las tomamos.
Existen muchos factores subjetivos que influyen en cómo nos sentimos respecto a nuestras finanzas, seamos conscientes de ello o no. En ello también entran en juego nuestra historia personal y nuestra forma de pensar, igual que ocurre en cualquier otro ámbito de la vida. A esto lo llamamos las «tres B»: Backgrounds (antecedentes), Biases (sesgos) y Behaviours (comportamientos), que se combinan para dar forma a nuestras decisiones y a la manera en que actuamos.
Antecedentes
Aunque cada persona es diferente, nuestras investigaciones en distintos grupos nos permiten identificar algunos patrones.
Por ejemplo, en algunas culturas no es habitual invitar a las mujeres a participar en conversaciones sobre temas financieros, ya que se consideran asuntos propios de los hombres de la familia. En esas culturas, hemos observado que las mujeres reciben menos educación sobre bienestar financiero o se sienten menos seguras gestionándolo.
En otras culturas, la familia suele estar mucho más implicada en las cuestiones económicas. Por ello, las conversaciones sobre finanzas deberían involucrar a todo el núcleo familiar, no solo a usted como empleado.
Sesgos
También contamos con sesgos personales (o preferencias) que llevamos a cualquier conversación, y algunos de ellos actúan sin que ni siquiera nos demos cuenta (a esto se le suele llamar «sesgos inconscientes»). Algunos ejemplos serían:
- Malos hábitos: ¡todos los tenemos! Para algunos, podría ser gastar demasiado dinero en la cafetería en lugar de comprar granos a granel en el supermercado y preparar el café usted mismo en casa.
- Enfoque a corto plazo – tendemos a pensar que podemos lograr mucho en poco tiempo y olvidamos cuánto podemos conseguir a largo plazo. Dicho de otro modo, queremos cambios grandes y rápidos, y nos impacienta esperar el efecto de pequeños pasos constantes. Si no vemos resultados enseguida, desistimos.
Comportamientos
Nuestros comportamientos están guiados por lo que llamamos nuestras «funciones ejecutivas». Entre ellas se encuentran:
- Pensamiento flexible.
- Autoconciencia: saber qué pensamos y por qué actuamos de una determinada manera (en lugar de funcionar en «piloto automático»).
- Control de impulsos: la rapidez y la forma en que reaccionamos cuando surgen problemas.
- Organización: cómo ordena y realiza el seguimiento de los elementos que conforman su vida financiera.
Cómo se relacionan la salud financiera y la salud mental
Hablemos ahora del vínculo entre las finanzas y la salud mental. La conexión más importante entre ambas es la emoción.
Las investigaciones demuestran que el estrés financiero puede generar ansiedad. Un estudio de Fidelity sobre salud mental en el lugar de trabajo muestra que las personas con altos niveles de preocupación por sus finanzas y por su salud física eran las menos propensas a gozar de una buena salud mental. En cambio, quienes se preocupaban poco por su situación financiera y por su salud física tendían a disfrutar de un mejor estado de salud mental.
Por otro lado, cuando atravesamos un periodo de estrés mental, es más fácil tomar decisiones financieras poco acertadas. Podemos caer en tentaciones, como comprar cosas innecesarias, para intentar lidiar con emociones negativas.
Además, los problemas económicos suelen afectar negativamente a las relaciones personales, lo que a su vez repercute en la salud mental.
Aunque nos gustaría eliminar por completo la emoción de la toma de decisiones financieras, esto no es posible en la práctica diaria.
En un contexto de incertidumbre constante, muchas personas sienten que la vida «les pasa por encima», sin que puedan hacer nada para cambiar las cosas. Se sienten incapaces de actuar. Esa sensación de incapacidad es un factor clave que contribuye a la depresión: nos desanimamos cuando sentimos que no tenemos opciones. Recuperar aunque sea una parte de esa capacidad de decisión puede mejorar significativamente la salud mental.
En resumen
Cada uno de nosotros aporta una personalidad y una perspectiva únicas a la planificación financiera, incluso antes de entrar en los detalles. Procure ser consciente de estos aspectos a medida que avanza en su planificación y toma decisiones sobre su dinero.
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